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El título de este artículo perturbará a cualquier buen entendedor, pero la explicación a tamaño disparate viene a continuación.
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El respeto a nuestro idioma, una lengua con abolengo y prestigio que hay que usar con propiedad lingüística y normativa, es algo que a mucha gente se le olvida. Pero ya sea por falta de atención o por inoperancia esto debe ser reclamado cuantas veces sea necesario.
Así pues, en positivo, ¿por qué no poner atención a cómo escribimos, sabiendo que es un reflejo de nosotros mismos? Y si se da el caso de cometer un error, ¿por qué no rectificar, tras asumir que debemos mejorar la atención y el conocimiento de la lengua?
Sin embargo, en el lado opuesto, ¿qué se puede pensar de alguien que comete errores lingüísticos graves y los achaca a meros despistes o fallos? ¿Qué pensar de quien se obceca en tal postura tóxica, ofreciendo a los demás su ineptitud verbal una y otra vez? ¿Es plausible pensar entonces que a esa persona le importe poco el uso correcto del español?
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Permitidme que en este blog didáctico, dada esta efemérides especial, recupere mi papel docente de inflexible Corrector de textos, os exponga brevemente un ejemplo significativo de este nefasto proceder y lo denuncie públicamente.
Los hechos comprobables los facilita una maltratadora idiomática sin pudor, que pone “hay” por “ahí”, confunde “machos” con “nachos”, versifica “el viento silva”, puntúa y tilda mal ("amen/ole"), o escribe "al fin y al cavo, abvertido, agena, arina, almuhada, bullgog, catrastrofes, elijete, farsear, herrores, hize, honrra, horfandad, mataratas, magestuoso, (re)coje, salmolejo, subrealista..."
Al final, visto su discurso, alardea de españolismo virtual mientras se ríe del español real cada vez que escribe, creyendo dejar su conciencia tranquila al calificar de mero despiste su manifiesta impericia ortográfica y su notoria ignorancia gramatical.
Pero, sinceramente, ¿por qué llama negativamente la atención publicitando una educación lingüística deficiente? ¿Qué menos, si escribe en público, que realizar una revisión ortográfica “así misma” (como diría tal lumbrera) antes de insertar su mensaje?
Definitivamente no encuentro la lógica de tan negligente como terca actitud, de tan reiterada 'catástrofe' idiomática. O tal vez sea más simple la explicación y sólo haya que acudir a los clásicos populares: Donde no hay mata, no hay patata.
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[ mensaje de la susodicha en facebook 22-09-2021 ]
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Creo que ahora, tras lo expuesto, se entenderá el título irónico de mi artículo conmemorativo y que reproduzca a continuación un proverbio chino que viene al pelo: Corrige al sabio y lo harás más sabio; corrige al necio y lo harás tu enemigo.
Y sin nada más, recibid un saludo de alguien que respeta a su maravillosa lengua madre y se indigna muchísimo cuando la maltratan de forma tan burda y prolongada.
Ah, y un deseo final... 😉 ¡Ojalá que, dado el caso, cunda el ejemplo corrector!